Después del asalto al pueblo por parte de la Asamblea Nacional, entre gallos y media noche y días de Navidad, con la aprobación del paquete de leyes que una vez, en una consulta popular, el soberano rechazó tajantemente, ¿podríamos decir que el gobierno de Chávez sigue siendo legal?
Podríamos decir que el órgano que aprobó las leyes es legal (está conforme a la Ley) porque los diputados fueron electos por votación directa y secreta, para cumplir y hacer cumplir las leyes, pero su actuación es una aberración a sus funciones, de modo que el producto de sus acciones es nulo de toda nulidad, porque ellos juraron respetar y defender la Constitución y la están pisoteando.
Las leyes aprobadas por la AN son nulas, primero porque ya hubo una consulta popular sobre ese tema específico y el soberano, sin ambigüedades dijo que no quería un régimen comunista y segundo, porque la mayoría de ese conjunto de leyes se oponen a la Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela.
La Constitución para un país es como un mapa para un viajero: es su hoja de ruta. No sólo que todas las demás leyes que se aprueben deben supeditarse a la ley mayor, sino que el órgano jurisdiccional debe velar porque así sea y si la AN por falta de valor no fue capaz de levantarse en contra de este sistema de leyes, lo tendría que haber hecho el TSJ, para restablecer la legalidad y si ninguno de los órganos jurisdiccionales lo hace, los venezolanos no estamos obligados a obedecer esas leyes.
El presidente Chávez podrá aprobar las leyes que desee, a su medida, utilizando los órganos del poder para sus fines personales e ideológicos, pero él sabe que el principal escollo no está resuelto, que está actuando al margen de la Carta Magna.
El presidente ha decidido ponerse al margen de la Constitución Nacional y los venezolanos, el soberano --como él lo llamaba-- no estamos obligados a seguirlo ni a obedecer estas leyes.
Nosotros --el soberano-- aceptamos que nos presidiera cuando, por medio de los votos, ganó la presidencia de la República --así lo dijo el CNE--, pero él desvió el camino indicado claramente por la Constitución y escogió su propio camino a través de este conjunto de leyes, por lo cual él se puso al margen de la legalidad.
Ahora los venezolanos tenemos dos opciones claras: o aceptamos como mansos corderitos la imposición de estas leyes espúreas o nos revelamos pacífica y cívicamente para defender nuestros derechos, dentro de las garantías que nos da la Constitución Nacional.
Hay experiencias exitosas de luchas civiles no violentas de David contra Goliat: allí está el caso de Mojandas Karachi Gandhi en la India contra el imperio británico. Está el ejemplo de Nelson Mandela en Suráfrica. La lucha de Martin Luther King en los Estados Unidos.
Lo importante es perder el miedo a defender nuestros derechos. Un gobierno, una camarilla, no podrá contener a un pueblo de 27 millones de personas ansiosas de libertad. Queremos vivir en paz, queremos vivir a plenitud, queremos seguir viviendo e invirtiendo en Venezuela, pero no esperemos de nadie más que lo que nosotros podamos hacer.