
"Murió en este lugar", dice esta mujer de 49 años señalando el suelo de mármol de la iglesia católica. "Este año no habrá ni fiestas ni celebraciones. Las imágenes del ataque y la forma en que mataron a mi marido están todavía en mis ojos. Fueron cuatro horas que no olvidaré durante el resto de mi vida".
Zaki recibió un disparo en el abdomen durante el asalto. "Yo estaba aquí, en el suelo, sangrando", cuenta ella, con voz entrecortada."Mi marido estaba allí, a dos o tres metros de distancia de mí, pero no pude llegar a él. Tenía miedo de moverme, de dejar desprotegidos a mis hijos, que tenía abrazados".
"No estoy dispuesta a hacer más sacrificios", dice Zaki, que quiere abandonar el país que la vio nacer. "Ya es suficiente".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario