A seis años de cárcel fue condenado el director iraní Jafar Panahi, quien apoyó al candidato de la oposición Mir-Hossein Mousavi. La condena por trabajar en contra del Estado incluye la prohibición de hacer cine, escribir guiones y salir del país.
Los directores de cine en Irán sufren las consecuencias de la censura y su represión. Jafar Panahi y Mohammad Rasoulof fueron condenados el pasado 20 de diciembre en Teherán a seis años de cárcel. Los cargos: trabajar en contra del Estado. ¿Quizá por apoyar a Mir-Hossein Mousavi, candidato de la oposición durante las elecciones presidenciales realizadas en junio de 2009?
Consideradas fraudulentas y denunciadas como una acrobacia política para reelegir a Mahmoud Ahmadinejad, la sentencia en contra de Panahi sugiere la venganza ante la obra y el talento de un director que se ha referido en sus películas al malestar que ocasiona la censura en Irán: aparte de su condena, se le prohibió conceder entrevistas a medios locales o extranjeros, escribir guiones o filmar por un período de veinte años. En otras palabras, la muerte en vida para un espíritu creativo, a través del que la cinematografía iraní ha logrado una presencia destacada en las pantallas del mundo.