En la cavernosa cárcel subterránea otrora operada por la notoria policía de seguridad de Alemania Oriental llamada Stasi, Jorge Luis Vázquez lleva a un visitante a una húmeda celda totalmente oscura y cierra la puerta de hierro. El mundo se desvanece. Momentos después, se abre la puerta.
''Bueno ¿qué tal fue esto?'', pregunta Vázquez, un exiliado cubano que habla el alemán con fluidez y estuvo preso en una de las celdas de la Stasi en 1987, cuando Alemania Oriental era comunista. Ahora Vázquez dirige giras por la cárcel convertida en museo.
Pero más que eso, él ya casi ha terminado de escribir lo que posiblemente sea el más completo y concluyente informe hasta ahora sobre las relaciones de la Stasi con los agentes del MININT, el temido Ministerio del Interior de Cuba.
Vázquez afirma que ha hallado que el MININT es ''casi una copia'' del represivo sistema de seguridad de la Stasi en Alemania Oriental, exportado por ese país a Cuba en los años 70 y 80, y que los lazos entre ambas organizaciones van más allá de lo que se pensaba.
Desde el espionaje en habitaciones de hoteles turísticos a una interesante mención de la droga alucinógena LSD, el nivel hasta dónde la Stasi entrenó y suministró materiales y respaldo técnico a la agencia de seguridad castrista tuvo un extenso y áspero impacto en Cuba.
Los alemanes enseñaron a los cubanos cómo instalar sistemas efectivos de cámaras y de grabación, como por ejemplo, a qué altura deben colocarse los micrófonos, qué tipo de papel de tapizar oculta éstos con mayor efectividad, y qué tipo de iluminación debe usarse para tomar los mejores videos.
La Stasi suministró computadoras e introdujo nuevos métodos de archivo que organizaban, protegían y aceleraban el procesamiento de información por parte de los cubanos.
Suministró falsos espejos para los interrogatorios y equipos para hacer máscaras, bigotes y otros tipos de disfraces para cuando los cubanos usaran agentes encubiertos.
Y según dice Vázquez, que tiene 48 años, los cubanos todavía practican lo que aprendieron de los comunistas alemanes.
''El sistema represivo que existía en Alemania Oriental (. . .) es el mismo que existe en Cuba actualmente'', precisa Vázquez. "Lo que el MININT aprendió de la Stasi no se ha olvidado. Al contrario, [las técnicas y estrategias] se mantienen vivas a pesar de la caída del Muro de Berlín''.
El amenazante control de la Stasi sobre casi todo aspecto de la vida pública y privada de Alemania Oriental se puede conocer en la película The Lives of Others (Las vidas de otros), premiada este año con el Oscar a la Mejor Película Extranjera.