Esta afirmación corresponde a Gustavo Villoldo, un cubano agente de la CIA contratado para atrapar al guerrillero, quien dice poseer un documento donde reposan las huellas dactilares del guerrillero, así como un mechón de cabello que le cortó antes de enterrarlo conjuntamente con otros dos cuerpos en el mismo hueco, anotando cuidadosamente las coordenadas geográficas donde sepultaba a los individuos.
Villoldo está dispuesto a que se le aplique una prueba de ADN al cabello cortado al Che y compararlo con el ADN de la familia, y de los restos supuestamente del Che que reposan en Santa Clara, si quisieran aclarar de una vez y por todas las dudas sobre el sitio dónde reposan los restos de "uno de los más grandes sanguinarios de la Historia", según lo califica Villoldo.
Aparte de la muestra de pelo, tiene un álbum de la misión, con fotos, el mapa que se utilizó para buscar al Che y sus guerrillas, las órdenes de su misión y las últimas huellas digitales de Guevara, según detalla El Nuevo Herald de Miami en su edición digital de hoy.
"Nosotros enterramos a tres hombres esa noche: al Che y a dos de sus compañeros rebeldes'', dijo Villoldo. "¿Treinta años después, empiezan a cavar y encuentran siete hombres enterrados? Los muertos no se reproducen, no se multiplican''.
El 8 de octubre de 1967, durante una breve batalla, Che fue herido en la pierna y capturado; muchos de sus 50 hombres murieron. Fue interrogado en una escuela en una aldea en las montañas de la Higuera. Después el alto mando militar boliviano, conjuntamente con la Casa Blanca de Estados Unidos deciden fusilarlo.
Disponer del cadáver y evitar que Cuba lo recuperara, se convirtió en el problema de Villoldo. Los funcionarios bolivianos divisaron un plan para enterrarlo secretamente en una pista aérea en construcción. Equipado con un camión y una excavadora, cubierta por una lona, Villoldo salió acompañado de tres bolivianos.
Poco después de las 2 a.m. del 11 de octubre de 1967, el Che, de 39 años, y dos de sus compañeros rebeldes fueron sacados de la morgue y colocados en la parte trasera del camión donde los cubrieron con una lona y luego se dirigieron al aeropuerto. Los tres fueron lanzados en el hueco ya abierto. La excavadora cubrió sus cuerpos. Villoldo anotó las coordenadas.
Estas coordenadas Villoldo está dispuesto a dárselas a los familiares del Che, pero no al gobierno comunista de la Isla, para que sepan dónde están los restos de su ser querido y procuren darle una sepultura digna de un ser humano.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario