La filosofía india dice que todo es movimiento, que todo tiende a cambiar, que las cosas, en cierto sentido, como lo decía Albert Einstein, son relativas y muchas veces, ni siquiera son lo que por mucho tiempo hemos asumido como real.
Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831) fue el que primero que trató sobre la dialéctica, la cual de manera más esquemática puede definirse como el discurso en el que se contrapone una determinada concepción o tradición, entendida como tesis, y la muestra de los problemas y contradicciones, entendida como antítesis. De esta confrontación surge, en un tercer momento llamado síntesis, una resolución o una nueva comprensión del problema.
Hegel concibe la realidad como formada por opuestos que, en el conflicto inevitable que surge, engendran nuevos conceptos que, en contacto con la realidad, entran en contraposición siempre con algo. Este esquema es el que permite explicar el cambio manteniendo la identidad de cada elemento, a pesar de que el conjunto haya cambiado.
Estos supuestos fueron tomados por Karl Marx (1818-1883), F. Engels (1820-1895) y Vladímir I. Lenin (1870-1924) y aplicados al campo social, lo que se llamó el materialismo dialéctico, que deviene del materialismo filosófico propuesto por Hegel.
Todo esto ¿para qué?
Para interpretar un proceso. Puedo decir que Chávez, cuando llegó al poder hace 12 años encontró una realidad (tesis); con el paso de los años y la imposición de un modelo castro-comunista en Venezuela, han habido conflictos y contraposiciones (antítesis); de cuyos conflictos, según la dialéctica comunista habrá una resolución o nueva comprensión del problema (síntesis).
Pero la mala noticia es que la historia está conspirando en contra del presidente Chávez. La comprensión del problema, que para nosotros es la instauración del castro-comunismo en el país, nos está llevando a una síntesis que no es precisamente la más deseada para el teniente coronel.
Venezuela y el continente todo le hemos visto los dientes al lobo y hemos decidido que ese no es el camino que deseamos ni para Venezuela ni para ningún otro país de Latinoamérica. Paso a enumerar cómo la historia conspira en contra del presidente Chávez en un proceso irreversible:
1.-En medio de la parte más emocionacnte de la película, enferma de gravedad el viejo zorro de mil batallas Fidel Castro Russ y tiene que dejar el poder en manos de su hermanito, poco afecto al teniente coronel, digo yo.
2.-De repente, muere el camarada Néstor Kirchner (secretario general de Unasur) y asume su esposa Cristina Fernández de Kirchner.
3.-Inacio Lula Da Silva decidió no ir a la reelección y, a pesar de que ganó la candidata de su partido, Dilma Rousseff no es lo mismo que el señor Lula para el teniente coronel, y él lo sabe.
4.-Por cosas de la dialéctica de la historia y de la opresión de los dictadores, se enciende un polvorín de libertad en el Oriente Medio y en el fuego cruzado queda el viejo amigo del Libro Verde, Muamar Gadafi (dictador de Libia) y Bashar Al-Assad (dictador de Siria), cuyo futuro es más incierto que el del mismo teniente coronel, quien intentó salvar al amigo, pero nadie lo tomó en cuenta. Los tiempos cambiaron tan de repente.
5.-Mientras todo esto pasa, simultáneamente en Venezuela los estudiantes, los gremios, las organizaciones no gubernamentales y los trabajadores unidos deciden medirle el pulso al autócrata y desatan una cadena de marchas, protestas, manifestaciones y ayunos que terminarán con dar al traste con este gobierno, porque no tiene capacidad de respuestas.
6.-Para ponerle la tapa al pomo, como dicen los camaradas cubanos, sorpresivamente arrestan en Cúcuta (Colombia) al Turco Walid Makled, presunto narcotraficante que ha revelado que actuaba en Venezuela en connivencia con el más alto generalato del país y que por medio de sobornos obtuvo la línea aérea Aeropostal; la concesión de la administración del Puerto de Puerto Cabello y un contrato con Pdvsa-Pequiven para el negocio de la úrea, producto utilizado en el agro, pero también en el procesamiento de la cocaína y en la fabricación de explosivos.
Termino diciendo que nosotros somos los únicos responsables de nuestas propias acciones, como lo enseñó Víktor Frankl y que en Venezuela no pasará nada que nosotros no querramos que pase. Sólo pasarán las cosas que deseamos que sucedan y por las cuales trabajemos para que sucedan. La vida es movimiento y se sigue moviendo en la dirección que le demos.