EL UNIVERSAL
Me parece increíble que en pleno siglo XXI con lo mucho que ha evolucionado la sociedad aún existan personas que puedan discriminar a otras por su sexo, raza, credo, tamaño, peso, uso de lentes, formas de hablar o orientación sexual.
Cuando era pequeño mi miopía me obligaba a usar unos lentes que eran más grandes que mi cabeza y que me hacían ver como el intrépido volador. Fui víctima de bromas crueles y a cada rato me decían nerd, cuatro ojos, y demás motes. De grande comprendí que quienes usan esos motes son personas inseguras y un poco ignorantes.
"El racismo es una enfermedad del cuerpo, el alma y la mente" así dice una canción del grupo Desorden Público y allí hablan de una realidad que aún nos golpea. Hace poco leí un artículo, con motivo de la Semana Santa, en el periódico regional Notitarde y me sorprendió la carga homofóbica del mismo. Pensaba que en pleno año 2011 la gente podría ser un poco más tolerante con ese tema, pero al parecer me equivoqué.