
Así hablaba Ai Weiwei, uno de los artistas de vanguardia chinos más prominentes y acerado crítico del régimen de Pekín, en una extensa entrevista con este diario en mayo de 2009, en la que hacía un repaso a su trayectoria artística y su defensa de la democracia, y lanzaba sus dardos contra el Gobierno único del Partido Comunista Chino (PCCh), del que decía que "está asustado" y "tiene miedo a mostrar la verdad" como evidenció, continuaba, "el viejo juego de propaganda" que fueron los Juegos Olímpicos de Pekín, en 2008.