La muerte del presidente iraní, Ebrahim Raisi, suscita todo tipo de especulaciones. Si bien el régimen tiene interés en afirmar que fue un accidente, la tesis de una "conspiración", una operación del Mossad o adversarios internos está en la mente de muchos. Entre los expertos, sin embargo, hay quienes lo rechazan. Versiones y sospechas, narrativas configuradas teniendo en cuenta los (escasos) hechos, especulaciones, simpatías, odios profundos y conveniencias. La muerte del presidente iraní Ebrahim Raisi no escapa a la "tradición", una realidad nunca simple, abierta a cualquier hipótesis, a cien verdades. El primer veredicto oficial se inclina hacia un problema técnico, un fallo del helicóptero o quizás un problema con los instrumentos en una situación meteorológica compleja. Algunos plantean la hipótesis de problemas con el rotor del Bell 212. Por ahora, al régimen le interesa "estabilizarlo", excluir una violación de la seguridad o, peor aún, la intervención de una mano asesina. Circular-no-hay-nada-que-ver. La República Islámica debe preocuparse por la transición mientras la comunidad internacional espera con interés.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario