La liberación, tras más de una década de cautiverio, de los últimos 10 policías y militares secuestrados por las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) constituye un paso en la buena dirección, como ha señalado el presidente Juan Manuel Santos, quien, sin embargo, la consideró “insuficiente” para iniciar el proceso de paz que pide el grupo narcoguerrillero. Y efectivamente, lo es cuando todavía varios centenares de civiles permanecen en manos de las FARC. El grupo armado debe liberar a todos sus rehenes, y renunciar a otras formas de violencia.
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