sábado, 9 de julio de 2011

Madres somalíes abandonan hijos en el desierto por la hambruna

"Es una cuestión de vida o muerte", dice Weheleey Osman Haji, una mujer de 33 años, madre de seis hijos. El último de ellos, Iisha, tiene un día de nacido. Iisha, cuyo nombre se podría traducir como "vida", estaba profundamente dormido en los brazos de su madre, ignorante de las circunstancias que rodearon su llegada a este mundo.


El bebé nació bajo una acacia cerca de Liboi, un pueblo en la frontera entre Kenia y Somalia. "Había una sequía… habíamos estado caminando 22 días tomando sólo agua. Desde que di a luz al bebé no he comido nada. Yo necesito comida, vida, agua y refugio, todo lo que un ser humano necesita", afirma.


Hay muchas otras madres como Weheleey. Una de ellas contó que dejó a su hijo enfermo a un lado del camino porque éste estaba muy débil para seguir el viaje hasta Kenia. Agobiada por la responsabilidad de sus otros hijos pequeños, lo dejó en el desierto. "Sus ojos todavía me persiguen", dijo.


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