Para Wamala Dennis, el viaje que hizo hace unos días a España ha sido un oasis de calma después de unos meses frenéticos. Este activista gay de 26 años nacido en Kampala (Uganda) es director de programas de la ONG Icebreakers (rompehielos). "Es una metáfora que representa que queremos romper el aislamiento de los gais, lesbianas y transexuales", dice.
El activista tiene muy reciente la sensación de peligro. "El parlamentario que lidera la propuesta de pedir la pena de muerte para las relaciones gais [David Bahati] volverá a discutirse en el Parlamento", afirma convencido. La vez anterior que se debatió, hace un mes, "la presión internacional consiguió detenerla". La internacional, y la local. "Pasamos dos días acampados delante del Congreso", relata. "Para el presidente [Yoveri Museveni] el apoyo internacional es muy importante, él es nuestra esperanza, porque si el Congreso aprueba la ley, él tiene que ratificarla, y confiamos en que no lo haga", cuenta.
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