China ha puesto en marcha una ofensiva política y comercial en Latinoamérica, a semejanza de la que emprendió hace dos años en África.
Pekín ha hecho público por primera vez un Libro Blanco sobre América Latina en el que fija las pautas que seguirá en los próximos años para incrementar las relaciones con una región del mundo que, según señala, cuenta con "abundantes recursos, una buena base para el crecimiento económico y social, y un tremendo potencial de desarrollo".
El documento ha sido presentado en vísperas de la visita que el presidente chino, Hu Jintao, realizará a varios países de la zona tras participar el sábado, en Washington, en la cumbre sobre la crisis financiera mundial.
"El informe pretende aclarar más los objetivos de China en Latinoamérica y el Caribe, y ayudará a la comunidad internacional y al pueblo chino a comprender la política exterior china en la región", aseguró el ministro de Exteriores, Yang Jiechi.
El Libro Blanco recoge la intención de Pekín de aumentar los intercambios económicos, en especial en los sectores energético y de recursos minerales, y de impulsar los acuerdos de libre comercio con los países de la zona.
China ha sellado importantes alianzas en la última década por todo el planeta, con objeto de asegurarse los recursos de los que carece para alimentar su activa economía. En 2003, emitió su primer Libro Blanco, sobre la Unión Europea, al que siguió, en 2006, el segundo, sobre África. Ahora, le ha tocado el turno a Latinoamérica, donde tiene pactos energéticos con países como Venezuela.
Las relaciones comerciales con la región han mejorado a fuerte ritmo en los últimos años. El comercio bilateral alcanzó el año pasado 102.570 millones de dólares (unos 80.300 euros), según las aduanas chinas; una cifra que supera los 100.000 millones de dólares que fijó como meta Hu durante su primer viaje a la zona, en 2004.
El documento no contiene muchos detalles, pero marca la dirección a seguir en una región que, tradicionalmente, ha estado bajo la influencia de Estados Unidos. El objetivo no es sólo económico y la difusión de su llamada diplomacia del petróleo, sino también político. Entre otros, busca incrementar la colaboración en temas de defensa, seguridad y justicia.
Además, la mayoría de los países que aún mantienen relaciones con Taiwan -que Pekín considera parte irrenunciable de su territorio- se encuentra en Latinoamérica. Durante años, Taipei y Pekín se han disputado las relaciones diplomáticas con ellos por medio de la diplomacia de la chequera. Es decir, con generosas ayudas y proyectos de cooperación. El Libro Blanco promete "discutir" posibles reducciones de deuda "en la medida de las capacidades de China".
El viaje de Hu, entre el 16 y el 26 de este mes, le llevará a Cuba -donde está previsto que se entreviste con Fidel Castro-, Costa Rica y Perú. En Lima, participará en la cumbre de la Conferencia Económica Asia-Pacífico. Hu también visitará Grecia.
El régimen de La Habana podría buscar la ayuda de Pekín para vadear la crisis financiera, que ha asestado un buen golpe a la economía de la isla, ya gravemente afectada por el paso de tres poderosos huracanes, el último este fin de semana, y el alza del precio de las importaciones.
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