"The Assault on Reason" es el nuevo libro escrito por el ex vicepresidente de los Estados Unidos, Albert Arnold Gore, Jr., senador por varios años, candidato a la presidencia por el partido Demócrata y de hecho, el ganador con más de un cuarto de millón de votos nominales, antes de que la Corte Suprema de los Estados Unidos, pusiera el punto sobre las íes y declarara a George W. Bush como ganador.
El estracto que hace hoy el mismo Gore en Time Magazine on line, impecablemente escrito y cuyas ideas bajan hasta el fondo del problema que hoy está viviendo la sociedad norteamericana, nos deja muy claro que los Estados Unidos perdieron la oportunidad de tener a uno de los presidentes más incisivos y preclaros de su historia, porque no debe de ser fácil para un ex vicepresidente de la nación más poderosa de la tierra y que ha sido senador en varias ocasiones, decir lo que Al Gore dice y sobre todo tener la valentía de la autocrítica como ciudadano que es, pero también como político que ve que la democracia norteamericana se va perdiendo por varios desagües que es urgente reparar.
Con mucho interés quiero traducir estractos de las tres páginas expuestas por el ex vicepresidente, pero recomiendo que en cuanto este libro pueda caer en sus manos, lo analicen, porque va a ser un punto de partida de reconstrucción de la democracia norteamericana después de la debacle del 11 de septiembre del 2001 y de los desastres de Bush con la invasión a Irak y otras invasiones.
AL GORE:
"No mucho tiempo antes de que nuestra nación lanzara la invasión a Irak, nuestro senador más veterano, Robert Byrt de West Virginia, se paró en el estrado del Senado y dijo: 'Esta cámara está, en su mayoría, silente --siniestramente, espantosamente silente--. No hay debate, no hay discusión, no hay intento de repasar para la nación los pros y los contras de esta guerra particular. No hay nada. Nosotros estamos pasivamente mudos en el Senado de los Estados Unidos'".
"Un gran y creciente número de americanos se están preguntando en voz alta: '¿Qué ha pasado a nuestro país?'. La gente está tratando de imaginarse qué ha ido mal en nuestra democracia y cómo podemos repararla".
"Para tomar otro ejemplo, por primera vez en la historia americana, la rama ejecutiva de nuestro gobierno no sólo ha justificado, sino activamente promovido el trato a los cautivos en tiempos de guerra, que claramente envuelven torturas, derribando así una prohibición establecida por el General George Washigton durante la Guerra Revolucionaria".
"Es demasiado fácil --y demasiado partidista-- simplemente colocar la culpa sobre las políticas del presidente George W. Bush. Nosotros todos somos responsables por las decisiones que nuestro país toma. Nosotros tenemos un Congreso. Nosotros tenemos un Poder Judicial independiente. Tenemos memorias y cuentas. Nosotros somos una nación de leyes. Tenemos libertad de expresión. Tenemos una prensa libre...
"¿Nos han fallado todos ellos también? ¿Por qué el discurso público americano ha llegado a ser menos enfocado y claro, menos razonado?. Fe en el poder de la razón --la creencia de que el ciudadano libre puede gobernarse a sí mismo sensatamente y justamente para restaurar el debate lógico sobre la base de la mejor evidencia disponible, en lugar del poder burdo--, permanece en la premisa principal de la democracia americana. Esta premisa está ahora bajo asalto".
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