lunes, 2 de abril de 2007

Dios e Israel: 400 años de mutismo

A veces, como cristianos, solemos preocuparnos porque llevamos algún tiempo clamándole a Dios por algún asunto y no se ha manifestado de ningún modo, pero en estos días estuve pensando en el pueblo de Israel, cuando ni siquiera así se llamaba, cuando era sólo una familia.

Esta familia, que era la de Abran, después Abrahan, era oriunda de Ur de Caldea, lo que hoy sería Irak (según los que saben de esas cosas), pero que en ese tiempo esta ciudad pertenecía a la región de Mesopotamia y a lo mejor no estaba tan demarcada como lo están hoy los países modernos.

De Ur emigran a Harán y de allí viajan a Egipto, por diversas circunstancias, pero fundamentalmente por hambrunas de las que siempre han azotado al planeta y es muy curioso que este pueblo hebreo, para su supervivencia, cuando ni siquiera tenía nombre, estuvo muy ligado al pueblo árabe, sobre todo a Egipto, que era una potencia del mundo conocido, cuando Israel era una familia de deambulantes, de nómadas del desierto.

Ya en Egipto, ubicados en una de las mejores zonas de esa geografía, comienzan a reproducirse y a crecer, pero son esclavizados por más de 400 años y los faraones los utilizan como mano de obra barata para levantar el imperio y miren de qué manera los maltrataban (Y DIOS CALLADO).

En 400 años Dios no asomó las narices por este conglomerado que, a lo mejor, tenía algunas reminicencias de ese Dios que había caminado con Abraham, pero que sin duda se comportaba como un pueblo babilónico más. El influjo de la culrura egipcia había permeado completamente todos los estamentos de la comunidad hebrea en Egipto, si así se puediera llamar.

Por eso, cuando esta comunidad, muy trabajadora, muy pujante en todos los países, habla de ser una raza pura, la raza del Libro como también se la conoce, y a veces alardea de no mezclarse con los gentiles, pues, simplemente hay un desconocimiento total del origen del pueblo, ya sea a propósito o por simple ignorancia.

LLEGO MOISES

Cuando Dios decide intervenir en el futuro de los hebreos, esclavos en Egipto, llama a un hombre que como pasado más inmediato había sido un homicida en su nación (que era Egipto) y era prófugo del imperio, desde dónde huyó para salvar la vida, pero dejando atrás un principado seguro, por haber sido criado por la hija del faraón.

Este hecho nos da varias lecturas y es que Dios tiene un propósito para cada uno de los seres humanos, sin importar su origen o su condición social. Si la persona quiere, Dios puede usarlo para sus propósitos.

Si estás atravesando por alguna crisis y crees que Dios se hace el sordo, no olvides que ya hay un antecedente sobre esto y que ese silencio de Dios, si lo podemos llamar de alguna forma, duró más de 400 años, es decir, que pasaron muchas generaciones de hebreos que vivieron de una esperanza, pero que no la pudieron palpar, sino hasta que Dios escoge a Moisés y se inicia el éxodo del pueblo a través del desierto, por unos 40 años, para conquistar unas tierras que tampoco les pertenecían, pero que "el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob" se las había otorgado.

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