Youcef Nadarkhani, 34 años, casado y padre de dos hijos, es el primer cristiano condenado a muerte en Irán en los últimos 20 años y puede que sea ejecutado. Lleva ya dos años en la cárcel. Desde Washington hasta Berlín pasando por Londres y París, Gobiernos occidentales y comunidades cristianas se han movilizado para salvarle. Si ha efectuado alguna gestión a favor del reo, el Gobierno español no la ha divulgado.
Los apuros de Nadarkhani empezaron en octubre 2009, cuando el Gobierno iraní decretó que todos los alumnos escolarizados deben acudir a clases de islam sea cual sea su religión. Nadarkhani, que empezó a trabajar como pastor evangélico en 2001 en el área de Gilan, a 250 kilómetros de Teherán, no aceptó la decisión. Es fundador de una pequeña comunidad llamada Iglesia de Irán.