
Funcionarios de la CIA han asegurado que están llevando a cabo un extenso inventario de la información clasificada, que será distribuido entre los empleados de la agencia en todo el mundo. Según la información del «Post», el grupo de trabajo, que estará liderado por el Centro de Contrainteligencia de la CIA, se encargará de evaluar el impacto inmediato de los documentos filtrados.
Una de las cuestiones a determinar es si la capacidad de esta organización para reclutar informantes podría haberse visto dañada por la pérdida de confianza en la capacidad del Gobierno de Estados Unidos para mantener secretos.