En América Latina hay decenas de volcanes activos, pero algunos de ellos son especialmente peligrosos, bien por su constante actividad o por su potencial destructivo en caso de una erupción mayor. La reciente erupción del Volcán del Fuego, en Guatemala, es un ejemplo de ello. Al menos 25 personas murieron y decenas resultaron heridas. En total son 1,7 millones las personas afectadas.