La víctima, uno de los cinco hombres en el grupo, tenía diez huecos de balas en su cabeza, el pecho y el estómago y fue descubierto en el área de Mushaki en Qarabagh, distrito de la provincia de Ghazni, dijo Abdul Rahman, oficial de la policía.
El portavoz de los Talibanes dijo temprano que el secuestrado había sido asesinado porque las autoridades afganas no habían cumplido sus demandas de liberar a otros militantes del grupo terrorista Talibán de las prisiones.
En la foto los directivos de la Iglesia de Korea del Sur, cuando se reunían con las autoridades afganas en busca de alguna solución para salvarle las vidas a los 23 jóvenes secuestrados, que nada tienen que ver con el torbellino que hoy vive ese país.