El Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar tuvo un arranque complejo. El festival, que se realiza en Chile de manera ininterrumpida desde 1960, es considerado como el evento musical latino más importante del mundo con más de 250 millones de espectadores globales. Este carácter ininterrumpido estuvo en duda tras el estallido social iniciado del 18 de octubre, un proceso de revueltas marcado por protestas pacíficas, violencia y graves denuncias de violaciones a los Derechos Humanos. Las cumbres de la APEC, y la COP 25 y el Teletón -campaña solidaria por televisión- fueron cancelados por las revueltas, y en redes sociales abundaban los llamados a que Viña fuera el siguiente en la lista.