El desastre económico de Venezuela, estancada en una profunda crisis institucional, no para de crecer. Y no solo porque su producto interior bruto vaya a contraerse un 18% en 2018, según al última estimación del Fondo Monetario Internacional (FMI). El organismo financiero multilateral proyecta un panorama todavía más aciago en relación con el insoportable incremento de los precios y prevé que la inflación llegue al 1.000.000% cuando se cierre el año, frente a la estimación del 13.800% que hizo en abril. Es la evidencia de que el dinero perdió su función de intermediario en la economía.