En un principio fueron las grandes aerolíneas norteamericanas – United Airlines, Delta y Us Airways - las que anunciaron la cancelación de sus vuelos a Israel, a partir de las directivas de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos. A ellas les siguieron las grandes aerolíneas europeas. La Administración Federal de Aviación informó que debido a la caída de un cohete en Yehud, a un kilómetro y medio del Aeropuerto Internacional Ben Gurión, en las afueras de Tel Aviv, decidió suspender por veinticuatro horas todos los vuelos de las empresas aéreas norteamericanas a Israel.