Según un informe elaborado por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), las toxinas marinas “representan una amenaza importante y creciente para la salud humana en muchas zonas del mundo”. Históricamente, uno de los lugares considerados más vulnerables a los eventos de FAN son los fiordos y canales del extremo sur de Chile.