Acabo de leer un artículo en el Washington Post, bien hecho, bien documentado, escrito por Jorge G. Castañeda, exministro de Relaciones Exteriores durante el gobierno de Fox en México y profesor actualmente en la Universidad de Nueva York, pero quedé anonadado cuando él propone a México como paladín para contener la Izquierda en Latinoamérica, en vista de que al presidente Bush tiene muy poca credibilidad en nuestro continente y de que el presidente Uribe de Colombia, quizás no ha hecho lo que Estados Unidos esperaban que hiciera por la dupla democracia-derechos humanos.
Lo que no menciona Castañeda, y que me pareció muy extraño y me dio vergüenza ajena, es que durante el gobierno que él compartió con Fox, los Estados Unidos de América, que dicen que tienen unos buenos amigos al Sur, cuando les conviene, comenzaron a levantar una muralla de cientos de kilómetros para separar físicamente el Norte y el Sur, o mejor dicho, para dividir los Estados Unidos de México. Para que los inmigrantes, que huyen de la pobreza en México, no traspasen las fronteras.
El gobierno de Fox hizo un poco de bulla en contra de la muralla, pero no tomó al toro por los cuernos y le planteó al gobierno de Bush lo que tenía que aclarar de una vez por todas, o son gobiernos amigos y entre amigos no se agreden o son enemigos y de allí en adelante encarar las consecuencias de las decisiones. Pero Fox no tuvo el valor para hacerlo. Porque no puede ser un gobierno amigo, el que construye una muralla en las mismas narices del otro país, gústele o no, al estilo del imperio, que atropella y agrede.
Además, es sabido que el actual presidente mexicano ganó con un 35 por ciento de la población votante, que no es representativo y que su contendor impugnó esas elecciones, calificándolas de fraudulentas. De todos modos, no tendríamos nada que decir si el gobierno mexicano decide impulsar la política imperialista norteamericana en la región, siendo que le están construyendo una muralla que, aunque la protestaron, siguen edificándola, al estilo Bush, por las buenas o por las malas.