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viernes, 20 de abril de 2007

El doble discurso de los EE.UU sobre terrorismo

Acaban de liberar en Estados Unidos, bajo fianza, al terrorista cubano Luis Posada Carriles, solicitado en extradición por Venezuela y Cuba, por ser el autor intelectual de la voladura del avión de Cubana de Aviación el 6 de octubre de 1976, donde murieron 73 personas inocentes, la mayoría de ellas deportistas cubanos.

Cabe decir, que Posada Carriles, quien fungió por mucho tiempo como agente de la Central de Inteligencia Norteamericana (CIA), no está siendo juzgado en los Estados Unidos por su participación terrorista en la voladura del avión cubano, sino porque aparentemente entró ilegalmente al país.

Pero, bueno es acotar también, que este hombre está siendo solicitado en extradición hace más de treinta años por Cuba y por Venezuela y simplemente los Estados Unidos no lo entregan porque los países que lo solicitan son comunistas y antinorteamericanos, pero no porque le guarden mucha consideración al terrorista, porque eso mismo hicieron con Sadam Hussein, que después que lo utilizaron, lo tumbaron, cuando ya no sirvió más a sus propósitos en el Oriente Medio.

La política norteamericana en cuanto al terrorismo, es lo que algunos han calificado de "terrorismo a la carta", es decir, que si se trata de enemigos de los gringos, podemos decir que son "terroristas malos" y el Estado norteamericano hará todo lo que pueda por sacarlos de circulación, pero, si por el contrario, el o los que cometieron el acto terrorista sirven a la sucia agencia de Inteligencia y le rinden algún beneficio a la política norteamericana, pues, los tales son "terroristas buenos" y los tales son tratados de patriotas y con manos de seda, como ha sucedido con Posada Carriles, quien lleva en sus espalda las muertes de setenta y tres seres humanos, por la voladura del avión.

En mi país decimos que "lo que es bueno para el pavo, es bueno para la pava", es decir, que lo que es terrorismo para unos, tiene que serlo para otros, sin importar quiénes sean los autores y si los Estados Unidos quieren que los demás países crean en su política antiterrorista, tienen que ponerse a derecho con la justicia.