Ya se sabía que la falta de sueño, unida a la falta de movimiento y una mala alimentación, se relacionaba con el riesgo de padecer diabetes tipo 2, pero los investigadores no estaban seguros hasta hace poco de cuál de estos tres factores desencadenaba la intolerancia a la glucosa. En unestudio llevado a cabo con ratones, los investigadores de la Escuela universitaria de Medicina de Toho, en Japón, hallaron que la ausencia de sueño una sola noche basta para aumentar de forma medible el riesgo de diabetes.