Ocho años después de que las naciones industrializadas se comprometieran a transferir cientos de millones de dólares a los países pobres para que estos pudieran adaptarse a las consecuencias del cambio climático, resulta imposible saber qué parte del dinero ha sido realmente entregada, según una investigación llevada a cabo por la BBC.
En la Declaración de Bonn de 2001 los países ricos acordaron dar US$410 millones al año a las naciones en vías de desarrollo, para lo que se crearon dos fondos especiales de Naciones Unidas (ONU).
Los países pobres aseguran que hasta 2008 deberían haber ingresado al menos US$1.600 millones a ese fondo.
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