
La situación afecta particularmente a la comunidad afroestadounidense, y a otras minorías como la hispana, con una incidencia cada vez mayor en los adolescentes.
Los factores de estos indicadores son varios. Incluyen el comportamiento sexual de alto riesgo, el uso de drogas intravenosas y la pobreza. Pero muchos expertos coinciden en que la falta de control sobre la enfermedad se debe al caos institucional y desorden burocrático del gobierno local.