La gravísima acusación contra la opositora venezolana María Corina Machado —conspirar para asesinar al presidente del país, Nicolás Maduro— no debería ser interpretada como uno más de los excesos dialécticos al que recurre con frecuencia el régimen venezolano en contra los líderes políticos que le hacen frente. El hecho de que sea la fiscalía la que ha dado luz verde a un proceso judicial que puede terminar con la condena de Machado a 16 años de cárcel confirma la peligrosa senda por la que transita el Gobierno de Maduro.