Los militares rusos dejarán de comprar el fusil de asalto Kaláshnikov. Así lo anunció el martes, 27 de septiembre, el Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia Nikolai Makárov. Por el momento, los militares aprovecharán las reservas existentes de armas ligeras esperando a que el Ejército adopte un arma nueva. Sin embargo, la elección de otro modelo del fusil de asalto moderno no será fácil.
Las razones para que el Jefe del Estado Mayor declarara que el fusil de asalto Kaláshnikov, ó AK-74, no se compra más, son muy simples. El Ministerio de Defensa ahora se ve obligado a renunciar a una parte de los almacenes destinados para los tiempos de guerra donde se guardan armas y municiones. En Rusia desde los tiempos soviéticos se conservan tantos de estos almacenes que bastaría para armar casi a toda la población adulta del país.