El exdictador Efraín Ríos Montt, que tomó el poder mediante un golpe de Estado en marzo 1982 y encabezó uno de los períodos más sangrientos de la guerra civil guatemalteca en la que se pretendió eliminar a la guerrilla marxista, murió el domingo por la mañana a los 91 años, acusado de genocidio pero sin apenas pisar la cárcel. Uno de sus abogados, Jaime Hernández, dijo que falleció de un infarto. Otro, Luis Rosales, agregó que “murió en paz y tranquilo, rodeado de su familia”. Con la convicción, añadió, de que “aquí no hubo genocidio”.