Como se esperaba, el mandatario de 59 años inicia de este modo su primer mandato de un lustro, más de un año después de asumir la dirección de la isla en relevo de Raúl Castro, y con ello asume unos poderes más amplios que hasta ahora, ya que podría tomar decisiones sin depender de la aprobación del Consejo de Estado, al menos formalmente.