El persistente encarecimiento de los alimentos que se está registrando en los mercados internacionales desde el pasado junio ha avocado a la pobreza extrema a 44 millones de personas, poco más o menos el equivalente a la población española (47 millones), según ha denunciado hoy el Banco Mundial en un informe elaborado con vistas a la próxima cumbre del G-20 en París.
El organismo recuerda que los precios de los alimentos están rozando los niveles de récord que alcanzaron en verano de 2008 por culpa del aumento de la demanda desde China, India y, en general, desde los países emergentes asiáticos.
Tampoco han ayudado a moderar la presión al alza las malas cosechas de 2010 o el afán de algunos Gobiernos por rellenar la despensa aun a costa de alentar la especulación. Esta subida de los alimentos, además, es una de las razones de las protestas que desencadenaron la crisis en Túnez y el efecto contagio en las calles de Yemen, Argelia, Jordania y Egipto.