Naciones Unidas acusó al Vaticano de adoptar políticas que permitían a sacerdotes violar y acosar sexualmente a decenas de miles de niños. En un informe sin precedentes y escrito con lenguaje cáustico, el Comité de Derechos del Niño de la ONU exigió que el Vaticano destituya de inmediato a todos los miembros del clero que son reconocidos o sospechosos de ser abusadores de menores.