Cuando Dios llamó a Abran, que para entonces tenía 99 años; casi un siglo sobre sus hombros, le dijo 3 cosas sumamente importantes que son pertinentes para el hombre y la mujer del siglo XXI, no importa el país donde tú te encuentres, la cultura que tengas o el idioma que hables. Le dijo: 1.-Yo soy el Dios todopoderoso. 2.-Ve delante de mí y 3.-SÉ PERFECTO. Hoy esto suena como fuera de contexto en medio de un mundo que se conforma y se recrea en la mediocridad, la fútil, lo banal, lo sinsentido. Pero el estándar de Dios sigue siendo el mismo a todas aquellas personas que llama: Ve delante de mí y sé perfecto. De modo que tú, quienquiera que seas, busca la perfección de tu vida en todas las cosas que hagas, no te conformes con menos y no escuches esas vocecitas que te susurran y te arrullan para que no salgas del charco donde te encuentras. SER PERFECTO es altamente difícil, pero si no lo procuras, terminarás con conformarte con cualquier bagatela que se ofrece en el mercado de la vida.