En cuestión de un año, un pequeño grupo de niños fue ingresado en centros hospitalarios de California, Estados Unidos, con síntomas muy parecidos a la poliomielitis, pero sin ser esa enfermedad. Los pacientes tenían debilidad o una parálisis severa que apareció con rapidez, a veces después de problemas respiratorios. Los escáneres realizados a la médula espinal mostraron daños similares a los que tienen los enfermos de polio.