El TSJ declaró inadmisible todas las impugnaciones presentadas por la oposición contra las elecciones presidenciales del 14 de abril porque "los alegatos esgrimidos por las partes recurrentes son argumentos genéricos e imprecisos". En Venezuela, esa era la última página que le quedaba por pasar al promotor de las impugnaciones, el opositor Henrique Capriles, después de la auditoría llevada a cabo por el Consejo Nacional Electoral (CNE) y que el líder opositor tachó de "chimba" por limitarse al sistema electrónico y no revisar los cuadernos de votación en los que los electores firman y plasman su huella. Cabe ahora preguntarse entonces qué le queda ahora por delante a Capriles. ¿Seguir presentándose a unas elecciones en las que no cree? ¿Acudir a la justicia internacional?