Un “robusto” paso a la izquierda, presentado en una “agresiva agenda”, es como los medios estadounidenses enjuiciaron el discurso ofrecido el lunes por Barack Obama en la inauguración de su segundo mandato. Lejos de buscar el centro político o propugnar consensos, Obama se mostró combativo en el propósito de que su legado político tenga un marchamo “liberal” (término que en EE.UU. hace referencia a la izquierda del Partido Demócrata). Todos los medios coincidieron en que es poco habitual que un discurso inaugural presente una agenda tan específica como la aportada por Obama, pues se trata de intervenciones más generalistas, orientadas a inspirar el país, sin incidir demasiado en las diferencias ideológicas que separan a los ciudadanos. Obama, en cambio, se pronunció de modo categórico sobre los derechos de homosexuales e inmigrantes ilegales y fue muy explícito en su confrontación con los republicanos en su defensa del gasto social y la lucha contra el cambio climático.