Los representantes de la Iglesia Católica venezolana fijaron su posición, creo que por primera vez, de forma directa y sin tapujos, respecto al rumbo que lleva el gobierno del teniente coronel, Hugo Chávez Frías, cuyo proyecto está enmarcado dentro de lo que se ha dado en denominar con el eufemismo de "Socialismo del Siglo XXI".La Iglesia dijo, en el marco de la Asamblea del Concilio Plenario de arzobispos y obispos número 88, tras cinco días de deliberaciones, entre otras cosas, que la reforma constitucional que impulsa el gobierno de Hugo Chávez "se dirige hacia el establecimiento de un sistema socialista fundado en la teoría y la praxis del marxismo-leninismo".
Creo que la Iglesia debe agotar ahora todos los medios posibles para hacer sentir su peso en la sociedad venezolana, para que no le pase lo que a RCTV y a los demás canales de televisión y estaciones de radio del país, que ante las inminentes medidas de cierre, comenzaron por autocensurarse y a la final, el teniente coronel se dio el lujo no sólo de cerrar RCTV, sino de humillarlos de la manera que lo hizo.
En esta lucha está en juego el futuro de la sociedad venezolana, de los niños y jóvenes que aún no entienden con claridad lo que está pasando en el país, pero que de consolidarse de la manera que está planteado, sería un retroceso para la nación y una dolorosa pena para los venezolanos.
Ahora es cuando hay que librar la verdadera batalla. Hay que morir con las botas puestas y decirle al teniente coronel que la sociedad venezolana no se rendirá muy fácilmente a sus pretenciones castro-comunistas. Hay que pararse firme, unidos, pase lo que pase. Que lo que vaya a hacer, lo haga o lo detenga, pero salir de la incertidumbre que está consumiendo a la nación entera.
Hay que desbordar el vaso ahora, con los métodos no violentos que todavía son posible emplear, porque dejarlo para luego conllevará al cierre igual de las iglesias, pero sin pena ni gloria y sin haber encendido al país con ideas democráticas y con la denuncia efectiva de lo que pretende hacerse en la nación.
La Iglesia Católica, las iglesias evangélicas y de otras denominaciones, tienen un púlpito en cada barrio y creo que, por el bien del país, deben utilizarse para advertir a los venezolanos de lo que está pasando y decirles la verdad del proyecto que se trae entre manos el gobierno del teniente coronel. Ningún esfuerzo es en vano ahora, después sería demasiado tarde.
Gráfico cortesía de Wikipedia:
