Como si la inercia del país fuera poca, el presidente de Venezuela acaba de anunciar la creación de "milicias obreras" que funcionarán dentro de los centros de trabajo, al más rancio estilo cubano de los populares "chivatos", que existen para delatar la infidelidad de los trabajadores al sistema comunista. Así van las cosas mientras Venezuela perece en medio de una desidia gubernamental sin precedentes en la historia del país. Lo más acertado que se nos ocurre decir es que Venezuela le ha quedado grande a los fabricantes de miseria.