Lo mismo sucede con los propuestos territorios federales, de los cuales el iluminado de Sabaneta dice que tendrán vicepresidencias, que no son otra cosa que unas gobernaciones paralelas, con presupuestos propios y planes estratégicos, pero eso sí, todo al mando del teniente coronel, elegidos a dedo, manejados a dos manos y quitados también a dedo.
El teniente coronel se ha ingeniado mil maneras de sacar a los gobernadores que no son rojos, sobre todo al gobernador del Zulia, al cual no ha podido controlar, ni ha podido ganarle con ningún candidato y en vista de eso, pues, todo los recursos del Estado los está dirigiendo a socabar las bases de su gobernación, poniéndole un vicepresidente que administre, gaste, planee y que, sobre todo, tenga la capacidad de arrodillarse ante su presencia.
Quiero expresar mi opinión de lo que está pasando en Venezuela, porque si me callo me reviento: creo que estamos ante la presencia de un tremendo loco, quien se acuesta a dormir, o se pone a hojear cualquier libro y ya al otro día amanece dictando normas que la desdichada Asamblea Nacional convierte en leyes, ni siquiera sin chistar, porque tienen miedo a las reacciones sulfurosas de Aguila Uno.