
Las represalias contribuyen a estrechar el cerco al sanguinario déspota, pero tardarán en materializarse; y algunas tienen solo un valor simbólico en una fase de la confrontación en la que Gadafi parece más decidido a resistir y morir matando que a buscar seguridad fuera del país sublevado al que ha aterroriza.
De esta presión exterior creciente forma parte por vez primera la amenaza militar. Washington está acercando a Libia parte de su flota mediterránea y Barack Obama y sus aliados europeos han comenzado a hablar abiertamente de preparativos bélicos, como la imposición de una zona de exclusión aérea sobre el país norteafricano como primera opción.do y esquilmado durante más de 40 años.