Particularmente Marcel Granier, dueño de RCTV y de otras empresas, no es santo de mi devoción, porque tanto él como las otras familias que antes del teniente coronel usufructuaron a sus anchas los medios radioeléctricos en Venezuela, como los Cisneros, los Phelps, etc. impusieron su voluntad única a sangre y fuego y sólo permitieron, en ese uso del derecho democrático que sólo ellos practican, que se conocieran las informaciones que ellos creían beneficiaban sus intereses o, por lo menos, que no los dañaban.
No obstante, creo que la existencia de medios de comunicación de oposición al gobierno comunista del teniente coronel, más que dañarlo, lo benefician y en esto los asesores del paladín de Sabaneta han fallado, porque han querido controlar todos los medios ya sea directa o indirectamente y ellos, que hablan tanto del pueblo, deben saber que el pueblo no es estúpido, y menos el pueblo venezolano, que tiene temple y que sabe lo que es mejor para su bienestar.
Sepa el teniente coronel que el mismo Simón Bolívar, que ha sido tomado como caballito de batalla para desarrollar una ideología que le fue ajena al más grande hombre de América, con el perdón de George Washington, es la inspiración para muchos millones de venezolanos que no están dispuestos a dejarse montar sobre sus hombros un sistema marxista-comunista como el que pretende imponer en Venezuela.
Defiendo el derecho de RCTV a seguir existiendo, muy a pesar de Marcel Granier, que me da risa verlo parado ante cientos de personas, que apoyan la permanencia de la televisora, pero que en otros tiempos ver esta imagen era imposible. Hoy está cerca de la gente que lucha por la libertad de expresión en Venezuela, por simple conveniencia de bolsillo, por nada más, sin que esto quiera decir que, a lo mejor esté interesado en un país sin riesgos económicos para sus intereses, mas que en la democracia en sí.