De las comunidades más recónditas de la Amazonia a los barrios de las grandes ciudades sudamericanas como Lima o Buenos Aires, las naciones originarias y sus idiomas nativos atraviesan todo el territorio de América Latina. Memoria viva de saberes que han sobrevivido a lo peor de las conquistas europeas, las lenguas originarias perviven amenazadas por la presión económica sobre sus territorios, el éxodo rural y la falta de apoyo público.