El oficio del espía pudiera ser uno de los oficios más infames, para el cual el aspirante debe estar dotado de gran espíritu de sacrificio, valor y dominio de sí mismo. Pero para Carlos Luis Aguilera, antiguo responsable de los servicios de Inteligencia guardaespaldas de Hugo Chávez, al parecer esas capacidades las usó, no en favor de su pueblo, sino para sus negocios personales. Eso se desprende de una indagación que la Justicia en Andorra ha hecho de las cuentas bancarias del militar de entera confianza de Chávez.