Un año de tramitación parlamentaria y varios meses de polémica: la ley que protege las personas trans (travestis, transexuales y transgénero) ha generado una resistencia inesperada en Uruguay, con manifestaciones, mensajes en las redes sociales y la recolección de firmas contra el proyecto. El colectivo trans, que no llega a las mil personas, tiene el apoyo de varias decenas de asociaciones que acusan a las iglesias evangélicas de orquestar una campaña con tintes religiosos en el país más laico y con menos creyentes de América Latina.