Es prácticamente imposible navegar durante más de dos minutos por "La Peor Página Web del Mundo" sin querer salir de ella. Sobre todo, si tienes los altavoces conectados. Una música del Viejo Oeste da la bienvenida al internauta, quien debe hacer un esfuerzo sobrenatural para no dañar su vista con los innumerables cuadros, estridentes colores y diferentes tipografías que contiene.