No son quienes preparan cocteles detrás de una barra con motivo caribeño, ni quienes enseñan axé o zumba, ni los músicos con más ritmo de la banda, ni los porteros de una disco. Los estereotipos los han puesto en ese lugar, pero ya es hora de conocer a los afrodescendientes por lo que son: la minoría más invisibilizada de América Latina.