En Cuba crece el temor a una recaída en el llamado "período especial", una expresión eufemística con que se conoce la profunda crisis económica que golpeó al país en la década de 1990, primero por el colapso de la Unión Soviética (1991) y luego por el endurecimiento de las sanciones estadounidenses (1992 y 1996). En ese momento, en Cuba faltaba de todo: alimentos, medicinas y artículos cotidianos como zapatos, ropa o productos de higiene. La falta de electricidad reducía el total de la jornada productiva, limitada a entre 8 y 16 horas al día. La escasez de alimentos fue tan dramática que incluso los gatos tuvieron que temer por sus vidas.