Puede que creas que esa persona que siempre llega tarde a la oficina o a una cita es, simplemente, una maleducada. Pues bien, su problema tiene más que ver con la psicología que con sus modales. O al menos eso dice la ciencia. A nadie le gusta esperar pero es bastante común que en el grupo de amigos siempre haya dos tipos de gente: los que esperan y los que se retrasan. La impuntualidad está muy mal vista en la cultura occidental, especialmente en el ámbito laboral, pero los científicos aseguran que quienes llegan tarde de forma crónica no lo hacen por molestar o de forma voluntaria: pueden tener un problema.